Omega

Hoy en día, hablar de Omega es hablar de nada menos que una de las principales marcas de relojería en el mundo.  Con más de un siglo y medio de historia, la marca da cuenta de un trabajo bien hecho a lo largo del tiempo, sin dejar nunca de innovar.

Un poco de la historia de Omega

Omega es una compañía que fue fundada en el año 1848, en La Chaux-de-Fonds, en Suiza. Su fundador fue un entonces muy joven y emprendedor Louis Brandt, quien dedicó su vida al ensamblaje de relojes utilizando piezas suministradas por otros relojeros de la zona. Fue posteriormente, en las nuevas generaciones de la marca, que se dieron los grandes saltos de Omega, empezando esta a producir sus propios movimientos.

Un punto importante en la historia de la marca fue en 1880, cuando ésta se trasladó a Biel/Benne, con el fin de aumentar su mano de obra para poder incrementar su producción sustancialmente. 14 años después, para 1894, la marca logró obtener su primer gran éxito, a través de la creación de su primer calibre de diseño propio.

El Omega Speedmaster, un ícono de la relojería y su reloj más famoso

Si hay una pieza que puede sobrevivir largas generaciones y seguir siendo un ícono, esos son los relojes. Los relojes son capaces de contar historias y de pasar de generación en generación. Tal es el caso de un reloj que se ha convertido en una de las grandes piezas de la historia: el Omega Speedmaster.

Hoy en día, se considera que el Omega Speedmaster podría ser el reloj más famoso que se ha construido en la historia. Esto tiene que ver con que es el reloj que ha participado de uno de los mayores eventos en la historia de la humanidad. Fue nada menos que un 20 de julio del año 1969 que Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieron en los primeros seres humanos en pisar la Luna.

Sin embargo, no es allí donde comienza la historia de este reloj, sino que hay mucho que se puede contar de este modelo que lo ha vuelto tan emblemático.

Los comienzos del Omega Speedmaster

Para conocer los primeros pasos de este modelo, es necesario situarse en el año 1957. En ese año, Omega lanzaba tres relojes que se volvieron grandes íconos de la marca y del mundo de los relojes en general. Los modelos eran el 300, el Omega Railmaster y el Omega Speedmaster. Este último fue presentado en sus comienzos como un cronógrafo deportivo, inspirándose particularmente en los relojes de la consola de instrumentos que tenían los automóviles deportivos italianos de fines de los años 50. Por eso, el reloj se caracterizó por un marcado aspecto deportivo, con esfera negra, amplias agujas de flecha y asas curvas.

Omega Speedmaster a la exploración espacial

Algo que se debe tener en cuenta es que el Speedmaster no fue diseñado por Omega con el objetivo de convertirse en un reloj pensado para llegar a la Luna. La primera conexión entre la marca y la NASA se estableció con el segundo modelo del reloj, de referencia CK2998, dos años después de la presentación del modelo original. Así, en 1962, los astronautas Walter Schirra y Gordon Cooper compraron este reloj para llevar a cabo sus misiones espaciales. Schirra, de hecho, portó este reloj en el Sigma 7 a lo largo de la misión Mercury Atlas 8, siendo este el primer viaje del Omega Speedmaster al espacio.

Omega al Apollo 11

El punto más alto de la marca fue cuando el reloj llegó al Apollo 11, donde viajaban Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin. Los tres astronautas llevaban su Omega Speedmaster Professional ceñido a su traje espacial. Si bien los tres llevaron el reloj en la misión, sólo uno de ellos hizo el descenso con este puesto. Así, comenzaba la gran historia del Speedmaster que, hoy, más de 60 años después de este hito histórico, el Omega Speedmaster sigue siendo el reloj más famoso de la historia y conocido por todos.

No debe perderse la historia en detalle del Omega Speedmaster Snoopy.